
El pseudónimo de Arcángelen la seducción, y del cual no había oído charlar ha sta ese
Los inconvenientes de la pareja y la familia eran privativos de los cónyuges, de tal suerte que los hijos casi nunca se enteraban. La separación y el divorcio estaban tan estigmatizados, que los casados preferían cualquier inconveniente antes que enfrentarse a tan satanizado pecado.