
Cuando marches de su lado vas a estar deseando regresar junto a ella
En un caso así, es esencial reconocer el lenguaje corporal general de tu cánido, para distinguir una sonrisa sumisa de un gruñido. Lo último es un signo de posible agresión e implica un perro que arruga la nariz y muestra sus dientes caninos, de manera frecuente con una postura y expresión facial recia.