
Mi bonito cuerpo, mis preciosos pechos y mi cautivadora sonrisa te van a volver orate de deseo
La cuestión no es qué hacer. El interrogante es: ¿exactamente en qué cojones piensan las parejas cuando empiezan a sacar sus trapos sucios y apestosos, llenos de semen y de sangre? ¿Por qué razón se creen con derecho a coaccionarte?